Que
septiembre ya está aquí es una evidencia. Llevamos más de una semana viviendo
el que es el mes de las vueltas y cambios por excelencia. September issue es
también beauty issue: los intentos de borrar los efectos del verano con rutinas
simples y mundanas como placenteras. Confieso que la beauty issue es una de las
partes más molonas de septiembre, hay algo místico en ella: es una declaración
de intenciones.
I´m pretty and I know it es un buen lema de septiembre. Y una buena declaración de
intenciones. También es un club de belleza con un alma muy especial. Situado en
la calle Jorge Juan – esa calle tan mágica y tan poco madrileña con rincones
que huelen a la vieja Europa Central- es en realidad una casa hecha con tanto
gusto que dan ganas de quedarse casi a vivir con ella. Un espacio cuidado y por
ende fiel a su nombre.
Inspirado
en los tradicionales clubes masculinos británicos allá por el XVIII se define
como el primer club beauty de mujeres, un espacio ciertamente privado – aunque
de momento sin acceso limitado, ni cuota de pertenencia- y extremadamente
agradable. Rocío de la Cueva, su alma mater, ha dotado al espacio y club de mucho contenido
interesante. No solamente a nivel de diseño – se nota el mimo de una mirada que
ha viajado y ha disfrutado-, también a nivel de trato y servicios.
Desde
sesión de hairdressing al maquillaje pasando por asesoría de imagen, masajes y
mis muy favoritas manicuras. Cualquier sesión cuenta con un consejo de Rocío
quien vive con pasión su proyecto y cree prácticamente – porque la aplica – en la
personalización. Un gran punto a favor. Yo he salido del club muy pretty, con
un corte de pelo hecho con mimo, precisión y horas. I know it. Vayan porque
merece la pena volver a enamorarse de sí misma.
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