Mi afición a los collares es un secreto a voces. Me encantan y disfruto lentamente que sean y sigan siendo tendencia. Un poco
bling-bling, es un complemento agradecido, viste, da brillo (y brío), alegra,
decora, adorna. Un multiusos, vaya, de los buenos: goza de un precio accesible
y una distribución fácil.
Colección de una fan del bling-bling
¿Uno de mis favoritos? El que he adquirido
felizmente a las Joyas de la familia Bradshaw, unos pedrolos dignos de un
cuello noble (de los del título nobiliario). Pedrolos únicos a la par que
ligeros. Detalle importante puesto que la mayoría de los bling-bling zareros
cuentan con un peso pesado que cargan las cervicales.
Lazos everywhere by COS
El año pasado hablé mucho de neopreno (aquí). Ha
sido mi pequeño fenómeno, una tendencia disruptiva y molona. He estado buscando
un sustituto de esta disrupción de texturas y creo que lo tengo. La silicona.
Es el nuevo neopreno de la moda. Y me encanta desde ya mismo.
La silicona de COS con cierre a base de imánes
No es que sueñe con un vestido de silicona o me haga
un outfit a base de los cacharros de Lekué… La silicona más molona es la de los
collares y en COS los tienen a raudales. Y no digo más. Que las tendencias se
llevan, no se debaten.
Cadena de COS
Muy bien visto. Estoy de acuerdo con tu afirmación :) Ah! puedes añadir a tu lista de porqué llevar un collar el poder adecuar una prenda de un color que no te queda bien al rostro con un collar del color adecuado. Ahí queda eso :D jajajaj
ResponderEliminarSaluditos que hacía mucho que no podía entrar a verte y me da mucha rabia!