domingo, 29 de septiembre de 2013

*** Autumn little pleasures: come, reza, ama ***

El otoño ya está aquí y llegó con sus habituales complementos: la lluvia y calles llenas de hojas de las mil y una declinaciones del ocre.
Otoño by Raúl García

Superando la nostalgia estival (más sobre ello en este  post), toca la puesta a punto de los pequeños placeres otoñales. El come, reza y ama post-verano.

COME
Antes de que volvamos a la obsesión (si, es cíclica) por un cuerpo esbelto, toca disfrutar de los placeres de comer bajo el cobijo de un tejado. Apuren el terraceo, pero vayan pensando en volver a deleitar los paladares en los ricos mercados y otros puntos gastronómicos con tejado.

 
En Madrid de momento y hasta que no abra la esperada Platea – que promete llegar a nuestras vidas gastronómicas en 2014- vayan al Mercado de San Miguel y al de San Antón. Dos propuestas algo diferenciadas pero ambas con estilo y encanto.  



Si tienen sed de cosas nuevas, adéntrense en el maravilloso universo del ceviche. Desde hace escasas semanas hay un nuevo peruano que rinde culto tanto en su nombre como en su carta a este gran plato: La cevicuchería (Téllez 30, Madrid).
 
Más de 10 variedades de ceviches, incluyendo propuestas de autor y versión caliente, pisco sours muy logrados, cerveza peruana, ricos postres y un diseño del sitio acertado con una gran barra en el centro (la barra vuelve a ser tendencia!). Al ladito de Atocha.
Pisco sour

REZA
Los templos otoñales por excelencia son los exteriores. Parques y jardines -espacios ‘verdes’ en definitiva- tornan en otoño en un festival de colores. Es tiempo de sacar la cámara, afinar la retina y caminar por esas maravillas urbanas.
 
 
Además del Retiro y el cercano jardín botánico, merece la pena ‘rezarse’ un paseíto por el menos conocido pero maravilloso Parque el Capricho y los jardines de Aranjuez. Sublimes los cuatro. La luz de otoño añade un toque cool a estos paseos que apuran la menguante luz del día. Por supuesto es también tiempo de reconciliarse con el Rastro y conocer su lado más deco.
 
 

AMA
Es tiempo de volver a amar el tinto. Por supuesto hablo del vino. El rosado, mi tan amado tanino veraniego (vean más aquí) cede el protagonismo a una buena copa con un color y cuerpo más definido.
El comienzo de otoño entre copas
Para llenar la bodega de buenos tintos, vayan sin dudarlo cada miércoles a vente-privee.com: ese es el día que empiezan sus ventas semanales de vinos. Buenos vinos y un bonito acercamiento a la cultura vínicola a través de las diferentes bodegas.

Otoño es también tiempo de vendimia, por ello es una buena época para recorrer la cuna del vino, o-sea-se los viñedos. Trypadvisor como siempre no decepciona con sus recomendaciones de viajes entre copas. Una buena selección de los destinos europeos aquí. Para los presupuestos sin límites: Toscana is the place (Best of Toscana: aquí).
Disfruten del otoño

 

 

 

domingo, 22 de septiembre de 2013

*** A relaxing taza de té in Madrid***

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No hace falta que jure que alrededor de un simple café se puede liar una parda. Para ser precisos very parda. Aquel desafortunado relaxing cup of café con leche de Ana Botella ha desencadenado en mi una reflexión (un poco superflua para ser franca) sobre el arraigo del café en las agendas cotidianas españolas y sobre la falta del mismo del té. Afortunada o desafortunadamente he bebido hectolitros de teína desde mi infancia. No ha sido ni es ningún trauma, todo lo contrario: me gusta un té más que – echo mano de esta maravillosa expresión sin sentido- a un tonto un lápiz.
 
Si en el oriente el té siempre ha sido un ritual, en Europa tiene una dimensión muy social. El té tiene un poder parecido al vino: es un buen acompañante de las charlas y complicidades. Caliente, helado, con limón, con rodaja de pomelo, en taza, con menta, con miel: admite declinarse de muchas maneras y a pesar de esta versatilidad cuesta encontrar un buen té por Madrid. Con el ánimo de darle un poco de protagonismo hoy tres lugares para desfogarse como tea-lovers.
Vailima: una pequeña oasis tetera en pleno barrio Salamanca (General Pardiñas 54, Madrid). Además de ser un lugar precioso, tiene una kilométrica carta de tés – casi un centenar de variedades que componen su jardín de té- y acompañamientos varios.


Decorado con mucho mimo y gusto, trabaja con la maison de Theodor, una casa de tés francesa que además de tener un packaging y naming con carácter tiene unos tés deliciosos. Blancos, verdes, chinos, rojos, negros: los pantones de té vienen aderezados por ingredientes sorprendentes. Otro punto a su favor es la tienda donde hacerse con todo lo necesario para replicar el ritual de té en casa. Toda la cultura de té en pleno Madrid. Muy recomendable su blog.
 
 
Mama Framboise: más que un tea room propiamente dicho, es un breakfast & brunch room, como se autodefine con grandes reminiscencias de una pâtisserie y decoración provenzal. Tiene una carta de tés mucho más reducida que la anterior Vailima, pero aquí aplicamos: lo bueno breve, dos veces bueno.
 


Con obrador propio, tiene una gran selección de macarrons, tartaletas, galletas, milhojas, palmeras, pain de chocolat, croissantes, bizcochos, grignotines, tartas y así al infinito y más allá. Está en el barrio de las Salesas (Fernando VI 23, Madrid) y encaja tanto en las horas matutinas, luncheras o de merienda. Me gusta que tenga revistas y periódicos que son uno de los mejores acompañantes del rico binomio té + pastelito.

 

Magasand: Si Mama Framboise se alejaba un paso del concepto de tea room, Magasand da otros dos pasos más. No es una tetería, pero precisamente por ello me encanta. Hay que reivindicar un buen té fuera de su hábitat natural. Magasand es como un deli hipster, lugar raruno digno de Manhattan o Berlin.


Sandwiches, bagels y las ensaladas son su rica propuesta salada para hacer mescolanzas con un té. Puntos a favor: una decoración a lo Monocle (que curiosamente no tienen en su carta de revistas) gran selección de revistas imposibles (Frame, Mark, Grey: niveles superiores de lecturas imposibles) y ubicación (doble de puntos: Travesía San Mateo y Columela). Un sitio pequeñito pero matón. Vayan al Magasand en su bici vintage.
 

Queda pendiente otro posts para los que prefieran tomarse una buena taza de té en casa. Stay tuned.

Photo credits: Vailima, Mama Framboise & Magasand

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In Spain life turns around a cup of coffee (at least until the sun goes down). But what about tea? Not really a common drink in Spain? Indeed the tea culture has landed very recently. Still, there are some cool places in Madrid to fancy drink a nice cup of tea. Check out my favorite tea-trio below.
 

 
Vailima: a beautiful tea garden. Its tea menu features around hundred of kinds of teas and petit fours to accompany. All its delicious appetizers are homemade while the tea comes from maison Theodor, a French tea house that matches quality tea leaves, variety of flavors plus great packaging & naming. Tea becomes a delicious ritual at Vailima.

 
Mama Framboise: French Provence touch boulangerie & patisserie.. Its tea menu is not a massive selection, but you can drink a good one and mix it with one of its gorgeous selection of French cuisine art: macarrons, croissants, grignotines, cakes, pain de chocolat.
 
 

Magasand: it´s not strictly a tea room, in fact it´s more a hipster Deli, but I reckon tea shall not be only drunk at tea rooms. It´s sexy to have a good cup of tea everywhere. Magasand is full of design, impossible magazines and enjoys a short but good tea menu. Black earl grey, green tea, Nordic punch, yogi tea: all perfect to match with its delicious sandwiches, bagels and saladas.
 
 

For those who prefer to drink a cup of tea at home-sweet-home: stay tuned. We´ll get there soon.
 
 
 
 
 
 
 
 
 


viernes, 13 de septiembre de 2013

*** 10 imágenes por las que amar París en otoño ***

Que París sea una de mis ciudades favoritas, es casi una obviedad. Aparece y desaparece de las referencias de este blog y mi Instagram como el Guadiana. Ahora…se puede amar París en cualquier época del año? En primavera y verano es una delicia, nada mejor que pasear por sus calles bajo ese cielo abierto a lo Midnight in Paris. En invierno, aunque me prodigo por la ciudad en meses invernales, no lo aconsejo en circunstancias diferentes a las estrictamente laborales. Y en otoño? Hay razones para amar París en otoño?
 
 
Hace tres años habría dicho un no rotundo. Entonces el otoño parisino me había obsequiado con sus meteorologías más hostiles y mi francés giraba en torno a una única palabra: la grève (huelga), que se había convertido en el leit motiv de aquel París que nada tiene que ver con el que es para mí ahora. Hoy digo que París y otoño hacen un buen tándem. Mis 10 imágenes por las que amar París en otoño… Bon voyage!
 
Bicicletas por París
 
 
Bistro en blanco y negro
 

 
Vistas en caracol
 

 
Flores callejeras
 

 
El Sena 'encadenado'

 
Jazz
 
 
El arte en Opera
 

 
 Saint Honoré
 
 
 Sacre Coeur

 
y de extra bonus:Tartare poelé, lo mejor que hay
 
 
Todas las imágenes son fruto del reflejo de mi retina